Cerca de 200 personas fueron intervenidas por celebrar en una discoteca y una vivienda pese a la inmovilización social y el decreto que prohíbe las reuniones familiares y sociales. Los fiesteros no tenían mascarillas ni respetaban el metro de distancia, incluso mostraron una actitud desafiante ante las autoridades. La noche del sábado, peruanos y venezolanos abarrotaron la discoteca ‘Santos’, ubicada en la zona de Las Praderas de Motocross, en Manchay.
Justo cuando la orquesta animaba a los asistentes, personal del Ejército, agentes de la comisaría de Manchay y trabajadores de la Municipalidad de Pachacámac llegaron al local de dos pisos.
En su interior se encontró a 58 hombres y 34 mujeres. “La puerta tuvo que ser tumbada a patadas. Todo ocurrió a pocas horas de la inmovilización social obligatoria.
Las personas no respetaban ninguna de las disposiciones dadas y se encontraban bajo los efectos del alcohol y de sustancias alucinógenas”, contó un vocero del municipio.
Además de algunos intervenidos que decían estar en el lugar “por la necesidad de trabajo”, llamó la atención la actitud altanera de un sujeto que se identificó como Giancarlo Cruz Neyra.
“No me arrepiento porque estoy borracho, pe’. Los cachacos me han quitado mi morral con la mascarilla, si me muero es por ellos”, declaró.
Varios kilómetros al norte, en el Anexo 22 de Jicamarca, agentes del Grupo Terna intervinieron a 50 varones y 38 mujeres que celebraban el quinto aniversario de una empresa dentro de una vivienda.
A estas personas se les encontró apiñadas en un reducido espacio, sin mascarillas y bebiendo licor en un mismo vaso. Hasta la torta, con el símbolo de un reconocido equipo de fútbol, fue encontrada en el espacio; junto a las más de 50 cajas de cerveza.
“Dijeron ser trabajadores de una empresa de seguridad. Nada fue improvisado, porque había dos baños portátiles y una orquesta”, manifestó el coronel Felipe Monroy, jefe del Escuadrón Verde.